jueves, 6 de agosto de 2015

La transfiguración


La historia de la Transfiguración del Señor añade algo nuevo a nuestra vida: morir significa resurgir; en efecto, la Transfiguración no recuerda sólo un pasaje, una metamorfosis pasajera de Jesús, el resplandor en Él de la Gloria divina es una anticipación de Su Pascua, y también de nuestra Pascua.

Es fundamental comprender que Jesús sobre el Monte Tabor se manifiesta como Dios, la otra manifestación divina de Jesús, según el evangelista Juan, es la Cruz; por lo que Cruz y Tabor van juntos.

La fiesta de la Transfiguración es garantía del hecho que el Señor no abandona lo creado y a ninguna de sus criaturas, que no abandona la historia, como si fuese un actor teatral. A la sombra de la Cruz sabemos que precisamente así, los hombres van hacia la Transfiguración.

Permitidme un recuerdo hoy. En el mil novecientos setentaiocho, al llegar la tarde, moría el beato Papa Pablo Sexto. Su pontificado fue cada vez más, el ser clavado en la Cruz. Pablo Sexto desarrolló su servicio con fe, por eso hadebió aceptar crueles críticas. Pero un Papa, como también un simple cristiano, que no padezca críticas no cumplirá su misión de testigo de Cristo. Pablo Sexto pudo vivir de este modo porque no buscaba el éxito de la aprobación de la gente, sino que se apoyaba sobre la propia conciencia que se basa sobre la verdad y la fe. La vida de este Papa nos enseña que la fe es un morir, pero es también un paso para entrar en la vida auténtica, en la Transfiguración, como nos recuerda el Apocalipsis Él será el Dios con ellos. Y secará toda lágrima de sus ojos, no habrá más muerte, ni luto, ni lamentos ni afanes porque las cosas anteriores han pasado.


La Transfiguración nos preanuncia todo esto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario