miércoles, 1 de enero de 2025

Fiesta de Santa María Madre de Dios -Lc. 216-21

 

       Nuestro corazón es como una vela, puede hincharse con el viento y empujarnos hacia alguna parte o puede permanecer vacío y colgar. María es «la llena de Gracia», es decir, es una vela inflada que empuja la barca de la historia hacia una dirección de salvación. Todos necesitamos ir «a toda vela», es decir, tener la fuerza para hacer, elegir y vivir lo que se nos da. Por eso hoy se pide de manera especial el don del Espíritu Santo. Pero este don no es abstracto, es un don concreto que San Juan traduce así: "Dios envió a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la Ley, para redimir a los que estaban bajo la Ley, para que recibiéramos ser hijos por adopción . Y que vosotros sois hijos lo prueba el hecho de que Dios envió en nuestros corazones al Espíritu de su Hijo, el cual grita: ¡Abbá! ¡Padre! Así que ya no eres esclavo, sino hijo y, si hijo, también eres heredero por gracia de Dios". Esto, sin embargo, no es magia, y precisamente por eso debe aliarse con nuestra libertad. Se puede ser niño y seguir viviendo como esclavo. María sabe manejar su corazón con cuidado para que nunca se convierta en un impedimento para la obra de la salvación. «María, por su parte, custodiaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón». María, por su parte, guardaba todas estas cosas, y las meditaba en su corazón. Qué maravilloso sería que este nuevo año tuviera sólo este sencillo propósito: acordarse de ser niños. Recordar manejar con cuidado el propio corazón, la propia vela.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario