lunes, 16 de diciembre de 2024

Reflexión: Evangelio del día. lunes III semana de Adviento.

 Evangelio: Mt. 21,23-27

Al entrar en el templo, mientras enseñaba, se le acercaron los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo y le dijeron: «¿Con qué autoridad haces esto? ¿Quién te ha dado esta autoridad?». No se puede entender nada de este comienzo del evangelio de hoy si se olvida un detalle importante: que Jesús había entrado en Jerusalén montado en un asno, exactamente como decían las profecías sobre el Mesías, y al cruzar el umbral del Templo lo había «purificado» expulsando a los mercaderes. Precisamente por eso, los que se sienten dueños de la casa le piden cuentas de su autoridad. Pero Jesús quiere ante todo desmontar la presunción de tal pregunta, porque no se puede dar respuesta a quien no quiere oírla. Porque hay preguntas, incluso serias, que hacemos sólo para afirmar nuestro propio pensamiento y no porque nos interese encontrar una respuesta verdadera. Es el tipo de actitud de quienes polemizan con todo con el único objetivo de demoler, criticar, desmantelar, devaluar. A los que razonan así no se les puede dar ninguna respuesta porque no hay voluntad de construir realmente nada. Lo más que saben hacer es cavilar consigo mismos, pero son incapaces de un verdadero diálogo: «Y cavilaban entre sí, diciendo: 'Si decimos “del Cielo”, nos responderán: “¿Por qué entonces no le creísteis?”; si decimos “de los hombres”, tenemos miedo de la multitud, porque todos consideran a Juan un profeta'». Los que viven así se pierden lo que vale la pena en la vida, pues ese derrotismo no es más que la afirmación de la infelicidad disfrazada de orgullo y presunción. «Respondiendo, pues, a Jesús, le dijeron: «No sabemos». Entonces él también les dijo: «Ni yo os digo con qué autoridad hago estas cosas»». A veces, el silencio de Dios no es un estado de la vida espiritual que se parezca a la noche oscura de los místicos, sino que es sólo la consecuencia de que no queramos escucharle de verdad y en serio, responsabilizándonos de ello.

1 comentario:

  1. Gracias hermanas por sus reflexiones sobre este gran acontecimiento: la Venida de Jesucristo hecho Niño a nuestros corazones .

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