«En aquellos
días, María se puso en camino hacia la montaña y llegó rápidamente a una ciudad
de Judá». El viaje que María
emprende en el evangelio de hoy no surge de la ansiedad o de la necesidad de
certeza, sino más bien de una necesidad irreprimible de compartir lo que ha
sucedido en su vida. Ponerse al servicio de su prima Isabel es la manera que
encuentra de expresar el corazón mismo de su experiencia de fe. Porque una fe
que no se concreta en la caridad corre el riesgo de convertirse en una vida
espiritual abstracta, no concreta, incluso en utopía solamente. Y la caridad
tiene siempre una semejanza con lo que les sucede a estas dos mujeres: «Cuando entró en casa de Zacarías, saludó a
Isabel. En cuanto Isabel oyó el saludo de María, el niño saltó en su seno».
La caridad es llevar alegría a la vida de los demás, especialmente a los que se
sienten desesperados y solos. Es una alegría que procede de nuestra propia
presencia y que concreta la presencia del Dios que acude en ayuda de todos los
oprimidos. Juan el Bautista se regocija en el vientre de su anciana madre, casi
parece querer bailar como David bailó ante el Arca de la Alianza. Y, en efecto,
ahora también ellos están ante el Arca de la Nueva Alianza, María. Pero,
paradójicamente, la que recibe, la que es objeto de nuestra caridad, nos da
también una inesperada reciprocidad: «Isabel
se llenó del Espíritu Santo y exclamó a gran voz:» ¡Bendita tú entre las
mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿A qué debo que la madre de mi Señor
haya venido a mí? He aquí que, en cuanto llegó a mis oídos la voz de tu saludo,
el niño se alegró con gozo en mi seno. Y bienaventurada la que creyó en el
cumplimiento de las palabras del Señor. Son los pobres los que realmente nos
dicen y nos hacen comprender quiénes somos y qué sentido tiene nuestra vida. Si
quieres discernir, ponte al servicio, y verás que recibirás la claridad como un
don. El miedo y la confusión que María sintió ante el ángel Gabriel encuentra
luz y acogida en las palabras de Isabel. La caridad siempre nos dice la verdad.
LMJPA
Excelente reflexión. Gracias.
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